No me lo había planteado todavía. Japón, uno de los países más atractivos para el turismo por su mezcla de tradición, cultura y modernidad, veía cómo su volumen de turistas descendió dramáticamente por el efecto del tsunami. Y si encima San Google no ayuda...
Así, ¿qué se podía hacer para cambiar la imagen de devastación del país para los potenciales turistas?
Una campaña bien pensada y coordinada que tuvo sus frutos.
Lecciones aprendidas:
1) Ante una situación de crisis de imagen, piensa bien el mensaje que quieres transmitir y, sobre todo, el vehículo de transmisión de dicho mensaje, pues a veces una imagen vale más que mil palabras.
2) Usa el poder de las redes sociales y smartphones, pues tu cliente siempre será el principal prescriptor.
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